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  1.  Para promover la formación religiosa deben integrarse y promoverse las cualidades naturales que contribuyen sobremanera a la madurez humana, como son la estabilidad de ánimo, y la facultad de tomar decisiones ponderadas y de asumir las responsabilidades propias.
  2. Para que la adaptación de la vida religiosa a las exigencias del mundo sea realmente idónea, los frailes , según la índole y condición personal de cada uno, no solamente adquieran una información conveniente de las actuales costumbres de la vida social, y de las razones de sentir y de pensar, sino que también aprendan a asimilarlas y a juzgarlas bajo la luz de su vocación dominicana.