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  1. Guiada por el espíritu evangélico y basándose en la Regla de san Agustín, nuestra Orden, además de por todas las leyes de la Iglesia, decretos y privilegios (cf. Apéndice n. 14)  que se refieren a nosotros, se rige por:
    1. las constituciones de la Orden;
    2. las ordenaciones contenidas, bien en el Libro de las constituciones y ordenaciones, bien en las Actas de los Capítulos Generales;
    3. las ordenaciones del Maestro de la Orden;
    4. las costumbres legítimas.
  2. Cuantas veces aparece en nuestra legislación el nombre de constitución se refiere estrictamente sólo a las constituciones propiamente dichas; las palabras nuestras leyes o nuestro derecho indican tanto las constituciones como las ordenaciones (cf. Apéndice n. 1).