Otras formas de oración
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Art. II
- Puesto que la contemplación de las cosas divinas, el coloquio íntimo y la familiaridad con Dios han de buscarse no sólo en las celebraciones litúrgicas y en la lectio divina, sino también en la asidua oración secreta, los frailes cultiven esta oración diligentemente.
- Todos los frailes dediquen cada día media hora, al menos, a la oración mental, en el tiempo determinado por el Capítulo Conventual, y, en la medida de lo posible, en común.
- Los frailes den culto a Cristo en el misterio eucarístico, para que de este admirable intercambio adquieran el aumento de la fe, esperanza y caridad.
Aprecien de corazón los frailes la tradicional devoción hacia la Virgen Madre de Dios, Reina de los apóstoles y ejemplo de meditación de las palabras de Cristo y de docilidad en la propia misión.
Reciten cada día cinco decenas del rosario, en común o privadamente, según determinación del Capítulo Provincial y teniendo en cuenta su adecuada ordenación a la liturgia. Esta forma de orar nos lleva a la contemplación del misterio de la salvación, en el que la Virgen María está íntimamente unida a la obra de su Hijo.
- Los frailes tengan verdadera devoción y den culto a santo Domingo, espejo de nuestra vida, y a los santos de la Orden, para que se animen a su imitación y se fortalezcan en el espíritu de su propia vocación.
Dediquen todos los frailes seis días íntegros cada año a hacer ejercicios espirituales, ponderando en su corazón la palabra de Dios y orando con más intensidad.
Las oraciones a decir en la mesa sean determinadas por el Capítulo Provincial o el Provincial con el consentimiento de su consejo.