- Los frailes lleven gradualmente a los cristianos hacia la madurez y responsabilidad de la fe mediante la predicación, a fin de que la Iglesia sea renovada y confirmada en el testimonio del Evangelio.
- Tengan los frailes un cuidado especial de la homilía y demás modos de predicación que, en coherencia con la acción litúrgica y los sacramentos, penetran más íntimamente en la vida de los fieles.