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Art. V
Los frailes deben entregar al sacristán mayor los pedidos de Misas, y él las anotará cuidadosamente en un libro especial, indicando el día en que las recibe, el número, la intención, las condiciones, el estipendio, la celebración.
El sacristán mayor tenga una caja especial para guardar las limosnas de Misas que se han de celebrar, y no entregará a la caja común ese dinero hasta después de haber sido celebradas. Cada mes de cuentas al consejo conventual sobre las Misas celebradas y las que quedan por celebrar.
Las misas que los presbíteros del convento no puedan celebrar a su debido tiempo, sean enviadas al Provincial; y las que sobran en la Provincia, al Maestro de la Orden.