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A la vocación dominicana pertenece esencialmente enseñar con la palabra y los escritos la sagrada doctrina y las demás disciplinas que sirven para la difusión y comprensión de la fe.
A la vocación dominicana pertenece esencialmente enseñar con la palabra y los escritos la sagrada doctrina y las demás disciplinas que sirven para la difusión y comprensión de la fe.
A ejemplo de santo Domingo, que ansiaba vehementemente la salvación de los hombres y de los pueblos todos, sepan los frailes que han sido enviados a todos los hombres, grupos y pueblos, a los creyentes y a los no creyentes, y sobre todo a los pobres, para que así dirijan su atención a la evangelización y plantación de la Iglesia entre los gentiles, y a iluminar y confirmar la fe del pueblo cristiano.
Entre los centros de estudios que puede haber en una Provincia los principales son:
Los superiores tengan en gran aprecio el estudio y promuévanlo con intensidad, y cuiden que todos los frailes tengan medios y oportunidad de estudiar.
Entréguense los frailes al estudio con perseverancia, y en orden a promoverlo reconózcanse todos socios y deudores unos de otros. Esta cooperación mutua será más eficaz si se ordena en instituciones idóneas.
El estudio asiduo alimenta la contemplación, fomenta con lúcida fidelidad el cumplimiento de los consejos, por su misma constancia y dificultad implica una forma de ascesis, y es una excelente observancia en cuanto elemento esencial de toda nuestra vida.